Descubrí la novela romántica con catorce años gracias a una compañera de instituto; hasta ese momento, había leído a Julio Verne, Louisa May Alcott y estaba descubriendo a Agatha Christie. Que empezara a escribir una historia romántica de mi propia cosecha fue inevitable, puesto que mi voracidad por el género no dejó de crecer durante esos años.
Escribir una novela romántica tiene la misma dificultad que cualquier otro género, no sé por qué se tiene la creencia de que es fácil o que solo con poner chico conoce chica y un par de polvos ya está todo resuelto.
Hay que organizar la trama principal, la trama romántica, documentarse y, sobre todo, tener la capacidad de emocionar. Porque la romántica va de eso, de emociones, sentimientos, de la vida.
He hablado de este tema en los blogs de Celia Arias e Inma Bretones, pero nunca lo había hecho aquí, así que hoy voy a contarte cómo puedes empezar a escribir una historia romántica y, si te quedas hasta el final, tengo que anunciarte algo que puede ayudarte.
1. La idea
Te hablé más profundamente de las ideas en esta entrada: Cómo dar forma a tus ideas para escribir una novela romántica. Puedes partir de un personaje, de un tema, de un lugar…
Las ideas están en todas partes, pero, sobre todo, en nuestras experiencias y vida cotidiana. No olvides que la novela romántica es un reflejo de la sociedad, del día a día y las relaciones que establecemos con los demás.
Haz una lista con 10 cosas que sucedan en tu día a día. Te sorprenderá la de planteamientos que puedes desarrollar a partir de cada una de ellas.
2. El argumento
¿Qué va a pasar en tu novela? ¿Cuáles van a ser los conflictos? ¿Y el tema? El problema de empezar a escribir sin tener estos puntos claros es que a mitad de la escritura te bloquearás, porque los personajes hacen lo que quieren y la trama no se sostiene.
Por eso es importante tener un mínimo planificado de la sucesión de acontecimientos que van a ocurrir en la novela.
Muchas veces se confunde argumento con trama, pero son cosas diferentes. El argumento es lo que sucede y la trama cómo sucede.
3. La estructura
La novela romántica suele regirse por la estructura básica de tres actos: planteamiento, nudo y desenlace. Con los correspondientes desencadenante, puntos de giro y clímax.
El planteamiento debe introducir a las lectoras en lo que va a ocurrir, dar a conocer al personaje principal y dar la información necesaria para enganchar y que sigan leyendo.
El nudo es la parte más larga de la novela, donde evolucionan los personajes, se plantean todas las tramas y se desarrollan todos los conflictos.
Los puntos de giro en la novela romántica adquieren una importancia capital para superar el mayor hándicap del género: las lectoras conocen el final. Mantener su interés sin caer en clichés es una dificultad añadida.
4. Los personajes
Los personajes son la parte fundamental de cualquier historia, el motor, lo que motiva a seguir leyendo. Tienen que ser tridimensionales para que las lectoras puedan palparlos y sentirlos reales.
Para conseguirlo, no solo debes quedarte en el aspecto físico o de dónde vienen; tienes que trabajar sus anhelos, sus miedos, sus propósitos. Tienen que tener una motivación y, además, evolucionar.
Hay muchas formas de dar a conocer a un personaje; no solo con una descripción, también puedes usar una forma característica de hablar, de actuar ante determinadas situaciones, por su apariencia (forma de caminar, de vestir, etc.) o por sus valores y principios morales.
5. El erotismo
Este tema es un tanto espinoso porque depende mucho del gusto de las lectoras. A mí no me gusta encontrarme escenas sin ton ni son solo por rellenar páginas. En mis novelas, todas las escenas de este tipo que están incluidas son porque son necesarias para la evolución de los personajes y sus relaciones. No están porque sí. Y la mayoría de las autoras te dirán lo mismo.
Una escena erótica tiene que ayudar a avanzar, no ponerla porque sí.
El vocabulario o el grado de detalle dependerá mucho de los personajes y de las situaciones que crees a su alrededor.
También influye mucho el subgénero que estés escribiendo. No es lo mismo la comedia gamberra que la histórica de regencia. La sutileza y lo explícito deben ser coherentes con el tono y el ambiente de la historia.
6. El final feliz
Te dije mi opinión en este artículo de hace unos meses y no he cambiado de opinión. La novela romántica tiene final feliz. Punto. Si quieres escribir una historia de amor omitiendo este detalle, entonces no será una novela romántica.
Hay novelas de amor increíbles y maravillosas. Los puentes de Madison County, por ejemplo, es una historia preciosa de una mujer insatisfecha que encuentra el amor en la madurez y que se siente dividida entre sus deseos y sus obligaciones. Pero no es una novela romántica porque el final es amargo.
Hay debates interminables sobre este tema y no es mi intención iniciar uno aquí, lo que te aconsejo es que etiquetes muy bien tu novela si no piensas ponerle un final feliz porque corres el riesgo de que las lectoras se sientan estafadas y te tachen de su lista por muy buena que sea la historia.
Hay muchos manuales buenísimos para aprender a escribir una novela e incluso yo misma regalo una guía en forma de plantillas para mis suscriptores que es de mucha ayuda para planificar una novela romántica.
Pero, a veces, llevar a la práctica toda esa teoría por tu cuenta no es tan sencillo y necesitas que alguien te guíe paso a paso por el difícil y solitario camino de empezar a escribir una historia.
Por eso he puesto en marcha un programa de mentorías personalizadas e individuales para ayudarte a terminar de escribir esa novela que te tiene bloqueada. Tienes toda la información en el menú de arriba o clicando en el enlace anterior.
Estoy muy contenta con la acogida que ha tenido entre mis suscriptores, tanto ha sido así que ya solo quedan dos plazas.
¡No te quedes sin la tuya!
Si necesitas saber algo más, no dudes en escribirme.
Me fascino mucho tu página Muchas gracias, Un saludo