Todavía hay personas que piensan que las escritoras que optamos por la autopublicación es porque nos han rechazado en las editoriales, como si Amazon fuera un premio de consolación para fracasadas. La desinformación y los prejuicios que rodean a la novela romántica y las autopublicadas en general no terminan de diluirse con la demostrada calidad de algunas de las autoras que hemos escogido este camino. Digo bien, escogido, porque la autopublicación no es una necesidad, es una elección.
Cuando una escritora decide publicar, escoger el método no es nada sencillo, depende mucho de cuáles sean tus propósitos y lo que quieras alcanzar. Ganar dinero y estar en librerías no es incompatible, pero es muy difícil y solo los grandes nombres de la literatura española lo consiguen, la mayoría de las veces porque, como dice el dicho, no tienen todos los huevos en la misma cesta y se dedican a escribir artículos, impartir cursos o dar conferencias por las que cobran un sueldo.
Nuestra realidad, la de las escritoras de a pie, es bien distinta, si queremos ganar algo de dinero y además tener visibilidad en librerías o grandes superficies, no tenemos más remedio que alternar ambos métodos de publicación: el tradicional y Amazon.
Pero autopublicar una novela romántica no es sinónimo de ganar dinero a espuertas, hay que trabajar mucho la visibilidad y tener una comunidad de lectoras potente. Que algunas compañeras lo hayan conseguido no es representativo de nada, la mayoría luchamos a diario por hacernos un hueco, lo que pone de manifiesto la enorme dificultad que acarrea escoger este camino.
Desmintamos algunos mitos.
VERDADES
1. Control total
Tú decides cuándo, dónde y cómo. No tienes que esperar varios meses a que la editorial te dé paso, puedes elegir el mejor momento para publicar y si quieres sacar un libro digital, en tapa blanda o ambos a la vez, incluso si te apetece incluir tu título en KDP Select para los suscriptores de Kindle Unlimited o no. También puedes decidir el precio, la cubierta y el tipo de maqueta. El control es total.
2. Beneficios netos
Puedes llegar a ganar hasta el 70 % del beneficio de venta. Ninguna editorial puede ofrecerte eso. Lo normal es que en los contratos tradicionales te ofrezcan entre un 30 y un 40 % en digital y entre un 6 y un 10 % en papel. No aceptes menos de eso.
4. No hay distribución
La lacra de los autopublicados es la carencia de una red de distribución que nos de visibilidad en grandes superficies o librerías. Puedes llevar algunos ejemplares a la librería de tu barrio, pero poco más podrás hacer. Sé que hay grandes superficies que aceptan autopublicados, pero piden un estand y un número de ejemplares inicial que te obligará a vaciarte los bolsillos.
5. Veto en plataformas
Hasta hace unos meses, teníamos acceso al catálogo de Nubico. Eso cambió en 2019; dejaron de admitir títulos autopublicados, ignoro el porqué. Sin embargo, en Kobo sí puedes probar, aunque ten en cuenta que deberás sacar tus libros de Unlimited. En Google Play ya no admiten tampoco manuscritos. Otra plataforma que puedes probar es Smashwords.
MENTIRAS
1. Se ganan miles de euros todos los meses
Hay autoras que sí, que se han dado de alta en el Régimen General porque han ganado cifras que marean y se ganan la vida solo con sus libros. ¡Bien por ellas! Pero no tengas la creencia que es siempre así. Si esperas dar un pelotazo te invito a dedicarte a otra cosa. Solo el trabajo y la constancia te llevarán a donde quieres algún día. Por eso, tener un amplio catálogo es una baza importante. No dejes de escribir y publicar. Los expertos hablan de un mínimo de 8-10 libros para empezar a tener beneficios.
2. Mala calidad
La romántica nunca se quitará este estigma, lo tengo asumido. Cuando además se publican manuscritos con esos títulos y esas portadas que dan vergüenza ajena se les da la razón a todos los detractores del género. Aun así, como en todo género literario que se precie, hay buenas y malas obras. Hablo de calidad palpable no de gusto; una novela llena de erratas, sin corregir, publicada sin el mínimo aprecio hacia las lectoras no es lo mismo que una novela que simplemente no nos guste por los motivos que sean.
3. Las lectoras te promocionan más
No sé muy bien de dónde ha salido esta creencia, pero ni por asomo es así. Es cierto que durante la campaña del premio de Amazon, la comunidad de blogueros dan más cobertura a los títulos que se presentan, pero es algo puntual. Al contrario que la mayoría de editoriales que regalan ejemplares de promoción, las autopublicadas estamos muy limitadas porque el desembolso de regalar libros físicos para conseguir reseñas a veces no se recupera, por ejemplo. Además de otros beneficios que tienen las publicadas por editorial que las autopublicadas no podemos disfrutar, como lo de estar en un amplio abanico de plataformas.
4. Es gratis
La corrección profesional de tu manuscrito cuesta dinero. También la maquetación por parte de un profesional y el diseño de una cubierta. Hay procesos que puedes hacer tú misma aprendiendo el manejo de los programas necesarios en el caso del diseño y la maquetación. Pero para la mayoría de las escritoras resulta tedioso encargarse de estos procesos y prefieren delegarlos. El tiempo y el conocimiento de un profesional tiene un precio, así que no regatees, por favor. Y si tienes el gusto estético de una lagartija, tampoco te ocupes tú de tus portadas. Las lectoras lo agradecerán.
¿Conoces otros mitos sobre la autopublicación? Dímelo en los comentarios.