Uno de los principales pasos a la hora de escribir tu novela romántica es el proceso de documentación. Por muy sencilla que sea la trama, siempre debe haber una investigación previa de los escenarios y los lugares donde se ambienta la novela.
De mis novelas, hasta ahora, la más complicada de documentar ha sido El secreto de lady Sarah, ya que está ambientada en las Guerras Napoleónicas. Independientemente de todos los detalles que tuve que investigar en cuanto a ropa, comidas, lugares típicos, transportes, clases sociales, costumbres, etc., tuve que estudiar gran parte de la vida de Napoleón.
Durante esa investigación, di con el personaje perfecto para el malo malísimo de la novela, Joseph Fouché, un personaje real que sembró el terror en la Francia de 1800.
Documentarse sobre otras épocas siempre tiene una dificultad añadida, puesto que debes tirar de bibliografía específica que no siempre encuentras a mano en internet. Si escribes fantasía, debes crear desde cero todo un mundo para que todo lo que suceda en tu novela esté cohesionado (en mi planificador de novela, que puedes descargar gratis si te suscribes, hay un apartado específico para esto).
En este post te hablé de cómo fue el proceso de documentación de Desmontando a Carter (del que por cierto, me hicieron hace poco esta reseña maravillosa). Al igual que en el resto de mis novelas contemporáneas, las principales fuentes de documentación fueron internet y Google Maps.
Google Maps o cómo dar la vuelta al mundo sin moverte del sillón
No hace mucho, leí una afirmación en la que decían que los escritores que trabajaban con Google Maps no eran escritores. Bueno, con todos mis respetos, si no tienes un duro ni para ir a la esquina, mucho menos para coger un avión y plantarte en Nueva York, Seattle o Boston.
En la presentación de Persiguiendo un sueño en la librería Bibabuk (un lugar precioso que tienes que visitar si vives en Almería), mi compañero de letras Fran Cazorla comentó que le había impresionado el nivel de detalle de las descripciones de Escocia, que parecía que paseabas por sus calles. De hecho, me preguntó si había estado allí.
Es un viaje que tengo pendiente.
Lo ideal sería hacer como el protagonista de Nacida del hielo, de Nora Roberts, un escritor de éxito que se traslada a las zonas donde se desarrollan sus novelas para empaparse de sus costumbres. Es obvio que si no has visitado en persona un lugar, trasladar sensaciones, olores o sonidos al papel no es sencillo, pero no imposible.
En Tras el largo invierno esta herramienta ha sido fundamental para «caminar» por las calles de Dawson, para ver las distancias y los paisajes. En concreto, pasé horas estudiando el río Indian para la localización perfecta de Hope Creek, la concesión minera que pone el mundo de Kate patas arriba.
YouTube, el universo de los videobloggers viajeros
Me pasó un detalle cuando terminé el borrador de Tras el largo invierno. Me faltaba un capítulo que dejé atrasado porque surgió casi al final de la novela y no quise retroceder para no perder el ritmo de la narración. En él, la protagonista debía ir a la ciudad a por provisiones y quise aprovechar para introducir detalles de su infancia.
Se me había olvidado investigar algo más de la ciudad y busqué vídeos de youtubers que me hicieran el trabajo. En uno de ellos, la chica del vídeo me recordó algo muy importante que no había tenido en cuenta. En esa zona tan al norte del planeta, hay unos meses en los que no anochece. Ese fenómeno se conoce como el sol de medianoche. Durante los meses de verano, nunca se hace de noche.
En una de las escenas finales de la novela, en el clímax, sucede algo muy importante que se desarrolla de noche. No era posible que sucediera así porque no hay oscuridad en agosto. Me tocó rehacer la escena, por supuesto.
Tal vez pueda parecer una tontería, pero un error de ese calibre le resta credibilidad a la acción. Hay que tener en cuenta todos los detalles. En esta ocasión, era algo que yo ya sabía, pero que olvidé una vez inmersa en la narración.
La tele, basurero cósmico donde a veces se encuentran diamantes
Otra forma de viajar de forma virtual a ciudades que no has visitado es mediante los programas de televisión, series y películas. Callejeros viajeros fue uno de mis programas favoritos durante mucho tiempo, no hay ciudad importante que no hayan visitado, con el añadido de que no solo se limitan a los lugares más típicos y turísticos, sino que te enseñan las ciudades desde dentro.
Ya te lo dije aquí hace unas semanas, Tras el largo invierno surgió tras ver La fiebre del oro, el programa de Discovery. Tardé semanas en ver las nueve temporadas completas, pero fue una fuente inagotable de información que recogí en un cuaderno solo para ello.
Lo de los huevos fue un puntazo y tuve que meterlo en la novela sí o sí. Ya lo entenderás cuando la leas.
El cine también es una fuente importante cuando quieres documentarte sobre un tema en concreto, aunque siempre desde la visión sesgada del director.
Bibliografía, lo tradicional nunca pasa de moda
Internet ha revolucionado nuestra existencia de forma permanente. Tener toda la información a un clic nos facilita el trabajo y nos ahorra nuestro bien más preciado: el tiempo. Lo malo es que la Wikipedia no siempre es fiable.
Cuando quise investigar sobre la Inglaterra de principios del siglo XIX para El secreto de lady Sarah, consulté decenas de foros y tuve que ponerme al día con el inglés para ampliar detalles que no encontraba en español. Pero una de las cosas que más me ayudaron fue releer a Jane Austen. Sus novelas de corte costumbrista están repletas de información que puedes usar para tus novelas románticas ambientadas en esa época.
Espido Freire en uno de sus vídeos enseñó todos los libros que consultó y leyó antes de escribir Llamadme Alejandra, una novela histórica sobre la última zarina.
Hacer un listado de títulos que han tratado previamente el tema del que vas a hablar tú siempre es uno de los mejores recursos.
Hay a quien le aburre o le resulta pesado el proceso de documentación de una novela, para mí es muy divertido, se aprende muchísimo y durante esos meses te conviertes en experta en temas con los que jamás soñarías. Es cierto que de toda esa información a lo mejor solo se refleja un diez o un veinte por ciento, pero es necesaria para que tú misma comprendas dónde se mueven los personajes y por qué.
¿Y tú? ¿Cómo te documentas? Dímelo en los comentarios.
Escribí un relato corto sobre un pueblo inventado en la Irlanda de los años veinte, y me gustaría hacer una novela de ello. Obviamente, tengo que documentarme sobre la época y el país. No vale solo con ver El hombre tranquilo y Qué verde era mi valle. Lo mejor es hacer como Arturo Pérez-Reverte, en una entrevista dice que se fue a Biarritz para documentarse para Sabotaje. También dice que es muy útil las guías de viaje de la época como la guía Michelin de España y Portugal del año 36-38.
Hombre, viajar al lugar donde quieres ambientar tu novela es lo mejor, si tienes dinero para hacerlo, claro. Documentarse bien es importante, que escribir romántica no es solo hablar de amor. Lo más difícil es buscar buena bibliografía. ¡Suerte con ello!
¡Qué interesante Paola! Gracias
¡A ti por pasarte y comentar!