Vivir de escribir, ¿se puede?

Seguro que tú también te has hecho esta pregunta alguna vez. ¿Se puede vivir de escribir? Dependiendo de a quién le preguntes, obtendrás una respuesta u otra. Lo que está claro es que con la aparición de la autopublicación todos los paradigmas del mundo literario perecieron.

Para hacer de la escritura tu profesión ya no solo vale con escribir, sino que debes manejar las herramientas que la tecnología pone a tu alcance para ser visible. Si no tienes esto claro, tienes un problema de base.

Me verás muchas veces repetirlo, pero es la primera regla que debes aprender cuando te metes de lleno en esto. Yo no tenía ni idea de cómo funcionaban las cosas cuando empecé y me di muchos batacazos.

Mañana me caen los 40 y da un poco de vértigo mirar hacia atrás, pero creo que es importante para saber por qué estás donde estás y por qué haces las cosas. Y yo siempre quise vivir de escribir, a pesar de todo.

No hay atajos y el camino puede llegar a hacerse tan interminable que la desmotivación y la desilusión se convierten en tus compañeros inseparables hasta el punto de querer abandonar.

Fue lo que me pasó a finales de 2019.

Todas hemos pasado por un momento así, forma parte de este trabajo, pero esta vez no era un bajón «normal», estaba cansada de correr y no llegar a ninguna parte. No terminaba de encontrar mi sitio y, después de todos los años invertidos, estaba harta de buscarlo sin éxito. Cuando, además, tienes la certeza de que vales para esto, la frustración es mucho mayor.

Estaba agotada de dejarme la piel, literalmente, en intentar remontar mi carrera de escritora. Es inevitable llegar a pensar que tus libros son una mierda o que lo eres tú, el síndrome del impostor se aferra a tus tripas y te las retuerce con lascivia. Además, coincidió con un bloqueo bestial que ya te he contado en alguna ocasión y que tenía mi moral por los suelos.

Me siento muy orgullosa de todas ellas.

Tuve la gran suerte de entrar en el programa de El escritor profesional de Ana González Duque (del que te hablaré extensamente cuando Ana abra una nueva edición porque es lo mejor que me ha pasado este año). Yo soy mucho de autoaprendizaje, pero hay situaciones que sola no puedes resolver, y este programa me ha dado aire.

2020 era mi prueba de fuego y, aunque aún no ha acabado, puedo decir que lo he superado. He encontrado mi equilibrio. He descubierto que lo de rendirse no va conmigo.

No sé si conseguiré vivir de escribir, pero mis pasos iban encaminados sin ser consciente a vivir de la literatura y confío en que todo llegará. La paciencia y la perseverancia se han convertido en mis nuevas compañeras.

Cuando miro atrás solo siento agradecimiento. He crecido un montón, he aprendido de las malas experiencias y me han hecho mejor. Esta profesión me ha regalado un propósito y la felicidad que me ha dado supera con creces el sufrimiento. Me ha costado un poco, pero por fin sé cuál es mi camino y cómo recorrerlo, tal vez no de la manera que yo creía, la vida está llena de sorpresas y de obstáculos, pero en nuestra mano está qué hacer con ellos.

Si rendirnos o hacer limonada o lemon pie o sorbete. ¿Lo ves?

Este año he hecho cosas que jamás se me habrían pasado por la cabeza, directos de Instagram mediantes y que quiero retomar el mes que viene (¿tienes ganas?), me he quitado la inseguridad y la vergüenza de encima, he creado un programa de mentorías para aquellas escritoras que necesitan un empujón para acabar su manuscrito y he puesto en marcha después de un arduo trabajo Escribir Romántica, una web de cursos no tutorizados especializados en escritoras de novela romántica, en la que he puesto todos mis conocimientos, mi corazón y mi energía al cien por cien.

Siento que empiezo de nuevo, como si todo se reiniciara y diera pie a una nueva etapa que me llena de alegría y miedo a la vez, de satisfacción y de unas enormes ganas de ayudar.

He estado la mitad del confinamiento y todo el verano trabajando en los dos cursos que ahora mismo hay disponibles en Escribir Romántica, uno de organización (si me sigues, sabrás que es una de mis fortalezas) y de maquetación de libros digitales:

  • Cómo organizar tu tiempo para escribir más
  • Maqueta tu ebook con Sigil

He empezado por ellos porque sacar tiempo para escribir es muy difícil y porque autopublicarse no es gratis y todo lo que podamos ahorrar es bienvenido.

Mi intención es ir ampliando los cursos en cada trimestre. Llevan bastante tiempo y preparación y no me gusta hacer las cosas a medias, ya lo sabes.

Los cursos constan de videotutoriales, PDF de teoría y un montón de plantillas hechas con todo el mimo y dedicación, útiles, elegantes y bonitas; me gusta pensar que llevan mi sello personal.

Además, he preparado una muestra gratuita para nuevas suscriptoras. Consiste en un taller en el que te daré las pautas básicas para montar un plan que te ayude a organizar tu tiempo. ¿Te apuntas?

El feedback que he recibido ha sido abrumador. Ha hecho que este septiembre siga siendo mi mes favorito a pesar de las circunstancias y la incertidumbre del día a día.

Gracias.

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